29/12/08

Crónica del 28 de diciembre del 2008 del Festival de la Digna Rabia


 
Sunday, December 28th, 2008 escrito por admin 

Panorama del tercer día del Festival Internacional de la Digna Rabia

En el tercer día de actividades del Primer Festival Mundial de la Digna Rabia casi dos mil personas asistieron a las instalaciones del Lienzo Charro de Iztapalapa. En la zona de puestos, 136 expositores de más de 250 organizaciones y colectivos de México y 25 países continuaron tendiendo puentes y exponiendo sus luchas.

Desde talleres de esténcil, decenas de pláticas y presentaciones de materiales impresos hasta proyecciones de videos y realización de graffiti llenaron de color y de rabia las tierras del oriente de la Otra Ciudad de México. Hay grabados, hay graffittis, hay mantas, una explosión de obras de arte que surgen de la creatividad y de la decisión de luchar de artistas de abajo y a la izquierda que deambulan de un espacio a otro de este Festival antisistémico. Aquí se están encontrando luchas del campo, de la ciudad, de lo jóvenes, de las mujeres, de los pueblos indígenas, de los ecologistas, de los pensionados, de los trabajadores, de las colonias populares y de las escuelas. Son lo olvidados de los discursos “de altura”, no importa, ellos ya se están encontrando a sí mismos y están furiosos.

Las dos mesas de discusión que versaron sobre La Represión y sobre “Otra Historia, Otra Política” fueron construidas con la participación de decenas de ponentes y con un lleno total. Cuatrocientas personas por la mañana y casi 500 por la tarde saturaron la instalación construida por adherentes a la Otra Campaña. 

Eventos culturales diversos, tan diversos como nuestra indignación, tan diversos como son nuestras resistencias, saltaron a los dos escenarios a partir de las 12 del día y hasta las 8 de la noche. Música clásica, ska, hard-core, performance, teatro, poesía, danza fueron los nombres que tomó la lucha cultural contra el capitalismo. Bajo un sol invernal quemante, los cuerpos de niños, jóvenes y viejos bailaron y cantaron contra la explotación, la represión, el desprecio y el despojo.

Exposiciones fotográficas, de pintura y grabado hacen que la policromía de este encuentro sea estrictamente literal. Una gran carpa cobija la larga historia del Congreso Nacional Indígena y su inquebrantable voluntad de resistir.

Ninguna cantidad de trípticos de programa es suficiente, cientos de personas los demandan todo el tiempo. Más aún, a lo largo del día no dejan de aparecer nuevos artistas dispuestos a presentar sus trabajos. Los niños también participan, no sólo con manifestaciones culturales, sino también rompiendo piñatas con figuras representativas del enemigo común: el capitalismo.

Una red interna construida literalmente a mano permitió que todos los eventos fuesen transmitidos por FM, a través del 104.5, Radio Digna Rabia. Desde esa señal, la red de los medios de comunicación autogestiva retransmitió la Digna Rabia a todos los rincones de la Ciudad Monstruo y por Internet al resto del mundo.

Al fondo, la Digna Rabia se alimenta también. Las dimensiones del Festival tienen un espejo en la larga cocina-cafetería que no deja de trabajar en todo el día. Diariamente se preparan más de 900 comidas y aún así es necesario que un horno, donado por adherentes a la Otra Campaña de Zumpago, trabaje continuamente, alimentado siempre por manos de la Otra, haciendo pizzas y postres.

En esta conjunción de rabias, Francisco Villa llega cabalgando de nuevo en la forma de un magistral mural hecho a la lata en un muro del lienzo. La Digna Rabia ya está aquí, dice un pequeño cartel en alguno de los largos pasillos de puestos. Abajo, a la izquierda, algo se mueve y va a destruir al enemigo, al capitalismo.

24/12/08

¡Feliz Navidad!

En el mundo:

Más de 1,000,000,000 viven por debajo de la línea de la pobreza

Más de 965,000,000 padecen hambre

Cada día, alrededor de 16,000 niños mueren de causas relacionadas con el hambre

Más de 3,540,000,000 no tiene acceso a servicios sanitarios

115,000,000 niños no asisten a la escuela

La riqueza productiva de las 500 personas más ricas del mundo sería suficiente para producir anualmente los alimentos necesarios para atender a 48.000.000 de hambrientos.

El 2% de los adultos más ricos posee más de la mitad de la riqueza global de los hogares.

La mitad más pobre de la población adulta sólo es dueña del 1% de la riqueza global

En México:

Más de 24,000,000 de niños viven por debajo de la línea de la pobreza
-
¿ERES CRISTIANO?
"Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa:
vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme."
Lucas 18:22

14/12/08

¡Chúpate un zapato Bush!

En una visita sorpresa a Irak, George W. Bush esquiva un atentado zapatero. Lamentamos profundamente este tipo de acontecimientos... el muchacho no debería tener tan mala puntería.

11/12/08

Oración de un desocupado


Padre,

desde los cielos bájate, he olvidado

las oraciones que me enseñó la abuela,

pobrecita, ella reposa ahora,

no tiene que lavar, limpiar, no tiene

que preocuparse andando el día por la ropa,

no tiene que velar la noche, pena y pena,

rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.


Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,

que me muero de hambre en esta esquina,

que no sé de qué sirve haber nacido,

que me miro las manos rechazadas,

que no hay trabajo, no hay,

bájate un poco, contempla

esto que soy, este zapato roto,

esta angustia, este estómago vacío,

esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre

cavándome la carne,

este dormir así,

bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido

te digo que no entiendo, Padre, bájate,

tócame el alma, mírame

el corazón,

yo no robé, no asesiné, fui niño

y en cambio me golpean y golpean,

te digo que no entiendo, Padre, bájate,

si estás, que busco

resignación en mí y no tengo y voy

a agarrarme la rabia y a afilarla

para pegar y voy

a gritar a sangre en cuello

por que no puedo más, tengo riñones

y soy un hombre,

bájate, qué han hecho

de tu criatura, Padre?

un animal furioso

que mastica la piedra de la calle?

Juan Gelman

6/12/08

La economía de las drogas ilegales: artículo de Hernán Carrera


El mal llamado “narcotráfico”, que no es más que la comercialización de drogas catalogadas de ilegales por las leyes —la comercialización y venta de alcohol y tabaco también es narcotráfico—, es uno de los temas recurrentes en el discurso del poder; le da legitimidad al Estado como entidad que monopoliza la administración de la violencia. Usando otras drogas —la televisión, etc.—, nos vende la idea de una guerra contra esta actividad y de esa forma justifica el atiborramiento de las calles con militares y policías. Con la nota roja como única fuente de información, logra instalar el miedo suficiente en la población como para que sea casi imposible vislumbrar los alcances de tan conspicuo negocio. Por eso, el artículo de Hernán Carrera es tan interesante; el tráfico de drogas ilegales es antes que nada, una de las más lucrativas empresas capitalistas del último siglo y del que empieza.  Su capacidad de generar riqueza va mucho más allá de lo que en general suele pensarse.  Superando la tantas veces citada frase de Marx en la que identificaba la religión como "el opio del pueblo", el poder de arriba ejerce la libertad de empresa para administrarle al pueblo el opio de manera directa y sin metáforas.


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    EEUU y los quinientos mil millones de dólares del negocio de la droga
    Hernán Carrera
    CEPRID



    Opio, cocaína, marihuana y anfetaminas movilizan mundialmente cada año un presupuesto que puede doblar el de un país petrolero como Venezuela. Debidamente ¿lavadas? y llevadas a honorables bolsas de comercio, las ganancias anuales del narcotráfico llegan a representar ¿en acciones perfectamente legales? más de 300 billones de dólares: una cifra que torna ridícula la pretendida especie de que es este un negocio manejado por capos tercermundistas que se esconden en algún búnker de Colombia o Afganistán.

    Un campesino boliviano –Julio Quispe, pongamos, por inventar un nombre– que evada el monopolio estatal de la coca, recibirá 1.375 dólares por los 275 kilos de hojas que hacen falta para producir un kilo de pasta o base de cocaína. Un narco colombiano –Alvaro Jaramillo, digamos– podrá procesar ese kilo de pasta y vendérsela a cualquier congénere por unos $ 5.000, o transformarla en clorhidrato y revenderla en Cartagena o Bogotá por $ 15.000. En Harlem, o en Broadway, o en Harvard, un Tom Smith o Jimmy Johnson cualquiera podrá optar entre ofrecer el polvo puro, a unos $ 30.000 el kilo, o adulterarlo hasta obtener por cada gramo de piedra o crack entre 40 y 80 dólares. Los 1.375 dólares de Julio Quispe son ahora, en promedio, 60.000.

    Un negocio sencillo, se dirá: no requiere más que unas hojas que crecen casi silvestres, algo de kerosén, un poco de ácido sulfúrico y acetona, una narco-mula o una pista o un peñero siquiera. Y, claro, un tanto de mala conciencia y otro de osadía para mover de un sitio a otro esos mil gramos.

    Pero no es un kilo: son 992.000, que eso fue, según la Oficina de las Naciones Unidas para las Drogas y el Crimen (Unodc, por sus siglas en inglés), la producción mundial de cocaína en un año tan cualquiera como 2007. Y no es sólo coca: también hay, igual de lucrativos o más, 8.870.000 kilos de opio. Y 41.400.000 kilos de marihuana. Y 494.000 de anfetaminas varias. Y pare usted de contar alucinógenos y otras especies.

    Hablamos, entonces, de movilizar por todo el mundo, desde las selvas más apartadas hasta los colegios y universidades y bares y oficinas de cualquier pueblito primermundista, algo más de 50 millones de kilos de sustancias ilícitas, que son objeto de persecución feroz y de guerra a muerte. Hablamos, además, de mover también por el mundo entero otra cosa aún mucho más difícil de hacer pasar inadvertida: los 500.000 millones de dólares que como mínimo, al decir de los expertos (de la ONU, del Fondo Monetario Internacional, de la Drug Enforcement Administration o DEA), reportan en ganancia anual esas sustancias. A precios de 2006.

    Eso es el narcotráfico. Y es apenas el comienzo.

    COSAS QUE PUEDES SABER CON SÓLO MIRARLAS

    Al comienzo de la larga cadena del narcotráfico no todo son eslabones perdidos: se conocen perfectamente los grandes centros de producción. Y las grandes rutas de distribución también.

    Con 193.000 hectáreas sembradas de adormidera, Afganistán concentra 92% de la producción mundial de opio. Pura, o transformada en morfina o heroína, la droga afgana fluye hacia Europa a través de Pakistán, de las ex repúblicas soviéticas de Turkmenistán y Uzbekistán, del largo corredor kurdo, de Georgia, de Chechenia, los Balcanes. De lejos, Myanmar compite con sus 27.000 hectáreas de amapola. Colombia es dueña de 55% del cultivo mundial de hojas de coca: 99.000 hectáreas. Le siguen Perú, con cerca de la mitad de eso, y Bolivia, con 28.900 hectáreas casi enteramente dedicadas al procesamiento y comercio legal. El clorhidrato de cocaína tiene por destino principal los Estados Unidos. Sube por el Pacífico, vía Panamá, o por el Caribe colombiano, o atraviesa Venezuela para hacer escala en las antillas. Otra parte, más pequeña, cruza el Atlántico y toca Africa antes de entrar a Europa.

    El Asia oriental y tecnologizado representa el 55% del mercado mundial de anfetaminas (éxtasis y otros estimulantes), y se encarga por sí misma de producir y consumir sus tabletas. Lo mismo hacen sus otros dos grandes competidores: la culta Europa y el Estados Unidos de la implacable DEA.

    De esos mismos supervigilados predios de la DEA –el territorio estadounidense– se sabe con certeza que acaparan la mayor porción de la torta en el mercado mundial de producción y consumo de marihuana, gracias a las técnicas del cultivo hidropónico en interiores e incluso en subsuelos. Aunque más democrático en su irrigación por el globo –el cannabis se siembra en 172 países–, América concentra 55% de la producción y tiene en su lado Norte una de las más altas tasas de prevalencia mundial: 10,5% de los norteamericanos entre 15 y 64 años son consumidores. En Europa, con tres millones de adictos (consumo diario), encabeza esta hierba las estadísticas del Observatorio Europeo de las Drogas y Toxicomanías.

    Con apenas estos pocos datos, algunas cosas comienzan ya a llamar la atención en el oscuro mundo del narcotráfico. Cosas, digamos, que no terminan de parecer casuales.

    Por ejemplo, que Afganistán, el cuasi monopólico centro mundial de producción de opiáceos, esté literalmente cruzado de tropas invasoras y misiles y tanques y muertos, y sin embargo.

    Que de Pakistán y las ex repúblicas soviéticas del sur, amistosamente occidentales, no se hable. Que Georgia y Chechenia, y el corredor kurdo (Irán, Irak, Turquía), y la puerta trasera de Europa (Albania, los Balcanes), sean tan crudamente escenario de guerras, de intervenciones, de vigilancia extrema por la mal llamada “comunidad internacional”, y sin embargo.

    Que Myanmar esté en la lista de “Estados fallidos”, y sin embargo. Que Colombia acumule nueve años de Plan Colombia, y de balas, y desplazados y muertes otra vez, y sin embargo.

    Que el Caribe sea tan decididamente mare nostrum de los gringos, tan erizado de patrullas, y de satélites, y sin embargo.

    O, por ejemplo, que la marihuana, por largo rato el rubro de mayor peso en el narcotráfico mundial –80%, en términos de tonelaje–, y el que más alarmas de consumo enciende en los países altamente desarrollados, y el que allí mismo se produce –igual que las anfetaminas–, sea justamente la droga menos perseguida. Pero claro: no se imagina uno un “Plan Holanda”, un bombardeo incendiario de laboratorios sembrados en Borgoña, una invasión aliada contra Londres, unas autodefensas que desplacen y aniquilen a los pobladores de Harlem o de Queens. Aunque sean negros, aunque sean boricuas. Allí el narcotráfico sirve para otra cosa.

    PEONES, CAPATACES, BUHONEROS

    Un simple cálculo matemático establece que si las 50.000 toneladas de producción mundial de drogas se transportaran en contenedores de uso corriente, se necesitarían 1.250 gandolas para cargarlos. Otros, más ociosamente, han calculado que las ganancias respectivas, apiladas en billetes de cien dólares uno sobre otro, formarían una torre de mil metros de altura: cuatro torres del Parque Central de Caracas, una encima de la otra.

    No es fácil esconder un alijo así. Según diversos informes internacionales que ratifica el ex presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso, los presupuestos del combate mundial contra el narcotráfico equivalen “casi al mismo valor generado por el comercio de drogas” (http://colombiadrogas.wordpress.com/). Tan solo el Plan Colombia, para el momento de su aprobación por Bill Clinton, contempló para ese fin un monto de 1,3 billones de dólares. Un total de 87 oficinas de la DEA se reparten en 63 países –aparte de las 227 existentes en territorio estadounidense– para recordarle al mundo que esa lucha es exigencia de la mayor de las potencias económicas, militares y policiales. Y sin embargo: en todo 2007, esa misma DEA tuvo que jactarse como logro mayor de una incautación de 19.434 kilos de cocaína en un barco de bandera panameña: 1,9% de la producción mundial.

    Los supuestos “grandes capos” de la droga que terminan apresados o muertos guardan proporción con estas últimas cifras. Carlos Lehder, cofundador del Cartel de Medellín, era al ser capturado “dueño de dos hoteles, dos aviones, siete fincas en Quindío y otros departamentos, lanchas y al menos 1,8 millones dólares en efectivo” (www.pabloescobargaviria.info/index). Al ultra-famoso y finado Pablo Escobar Gaviria se le atribuyó una fortuna (nunca auditada, jamás comprobada) de entre 5.000 y 10.000 millones de dólares: 1% o 2% de lo que produce “el negocio” en 12 meses apenas.

    Esos “grandes zares” nunca fueron más que pequeños intermediarios. Hoy, cuando ya no están, cuando ya no es posible ser a un mismo tiempo capataz de finca productora y presidente de un banco o una universidad, sus sucesores son miles y miles de peones que sólo se alzan un escalón o dos por sobre esa buhonería del narcotráfico del tal Jaramillo o el Tom Smith o Jimmy Johnson.

    Dijo una vez el ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez, conocedor de oficio: “Hay dos cosas imposibles de ocultar: la tos y la riqueza”.

    LA GRAN LAVADORA

    ¿Cómo se hace para esconder cuatro torres de Parque Central hechas de billetes de cien dólares? ¿Cómo se borra un presupuesto que duplica casi el de un país petroleramente boyante como Venezuela? ¿Cómo pueden pasar desapercibidos 500.000 millones de dólares por año? Porque, obviamente, la finalidad del narcotráfico no estriba en enterrar morocotas bajo el piso.

    Antes de llegar al extremo superior de la cadena, el negocio de las drogas tiene –como es sabido– un eslabón fundamental en el lavado de dinero. De cumplir esa función en los niveles de la buhonería e intermedios se encargan sistemas artesanales: desde el individuo que abre 10 o 20 cuentas en otros tantos bancos hasta esos centros vacacionales que repentinamente, sin motivo aparente, se ponen de moda y se llenan de lujosos edificios y centros comerciales que luego quedan abandonados o nunca se concluyen.

    No obstante, como toda gran industria en un mundo de acérrimo capitalismo y libre mercado, también ésta es altamente concentracionaria y monopólica. Quien tenga, pues, un modesto 10% de esa torta, deberá lavar cada año 50.000 millones de dólares. Vale decir, la misma cifra que desde el año 2000 e inútilmente viene pidiendo reunir la ONU para poder cumplir su gran Objetivo del Milenio: la reducción de la pobreza.

    Para solventar problemas de este tipo –el blanqueamiento de dinero sucio de cualquier especie–, el sistema financiero internacional permite –y apadrina– un no-sistema: un espacio de extraterritorialidad, ajeno del todo a leyes nacionales, a superintendencias bancarias, a regulaciones, a convenios internacionales: ajeno a todo cuanto no sea el dinero y su intrínseca tendencia a la ganancia y la acumulación. Ese espacio es el de los así llamados paraísos fiscales y la banca offshore, cuyas interioridades han sido exhaustivamente develadas por el periodista y escritor argentino Julio Sevares en estudio titulado “El dinero sucio, sangre del sistema económico y el poder” (disponible en www.argentina.attac.org/).

    Para el año 2004 existían en el mundo 72 de esos paraísos, en los que funcionaban por entonces un millón de sociedades amparadas por el anonimato: empresas –virtuales o reales– a las que nada ni nadie obliga a presentar balances, establecer su composición accionaria o, incluso, tener capital alguno. No obstante, a ellas se sumaban más de 4.000 bancos offshore con depósitos conjuntos que superaban los cinco billones de dólares.

    Paraísos fiscales célebres son los de Las Bahamas y las Islas Caimán, en el Caribe, pero los hay por todo el mundo: funcionan profusamente en el centro de Londres, en Mónaco, en Tokio, en el diminuto estado de Delaware, a pocos minutos de Nueva York y de Wall Street. Y los hay incluso tan curiosos como el Principado de Sealand, que funciona en una antigua plataforma petrolera del Mar del Norte, o el Dominio de Melchizedek, situado sobre un desértico atolón vecino a las Islas Marshal, que a través de la página web www.Melchizedek.com ofrece ciudadanía y pasaporte y facilidades para toda clase de negocios. Sin un solo edificio a la vista, tiene en sus bancos 25.000 millones de dólares.

    En el libro Capitalismo criminal: ensayos críticos (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2008), Tom Blickman precisa la magnitud y el modus operandi de estas eficientes lavadoras: “La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que agrupa a los 30 países más ricos del mundo, estima que el volumen del comercio mundial que pasa por los paraísos fiscales de manera documentada creció durante este período [desde comienzos de los 70 hasta 2004] en cerca de un 50%, pese a que estos lugares representan apenas un 3% del producto bruto mundial. Esta extraordinaria discrepancia es una indicación del grado en que la mayoría de las principales corporaciones aprovechan la movilidad transnacional de sus capitales para lavar sus ganancias a través de paraísos fiscales y regímenes de impuestos bajos”.

    Y añade de seguidas: “Dichas corporaciones utilizan una variedad de mecanismos, como la refacturación y los precios de transferencia –bienes comerciados entre compañías con un dueño común a precios arbitrarios, independientes del mercado, y que permiten bajar impuestos declarando costos altos y precios de venta bajos en los lugares de mayor tributación de las ganancias–, o como las transacciones realizadas hacia compañías de papel y hacia fondos fiduciarios secretos extraterritoriales. Medios tales como las ‘cuentas fiduciarias móviles’, que se trasladan automáticamente a otra jurisdicción en cuanto se realizan averiguaciones, o solicitudes de asistencia mutua judicial, facilitan claramente el delito”.

    Como la inmensa mayoría de las empresas asentadas en tales “territorios”, buena parte de los bancos offshore no mostrarán nunca al cliente ni oficinas ni empleados: son, en realidad, instituciones virtuales, conocidas en el argot como “corresponsales”, que para funcionar sólo requieren de una cuenta abierta en una institución bancaria físicamente establecida en ese u otro “paraíso”. Si se quiere o necesita aún mayor seguridad en el borramiento de toda pista que vincule a depositario y depósito, se recurre al nesting o ennidado: una cuenta en un banco que a su vez tenga cuenta en otro banco que tenga cuenta en un offshore.

    Quien tenga dudas –inmerecidas, hay que decirlo– sobre la seriedad de esa banca virtual, puede así perfectamente depositar su confianza en el respaldo que le proporcionan principalísimos bancos de Suiza, Inglaterra, Alemania, Japón, Estados Unidos y muchos más. Julio Sevares recoge información de la revista The Economist, en su edición del 14 de abril de 2001, que permite en tal sentido disipar las aprehensiones del más desconfiado de los narcotraficantes: “Tres cuartos de los grandes bancos investigados por el Senado estadounidense tienen, cada uno, más de 1.000 cuentas de bancos corresponsales. Los dos bancos más grandes de la lista, que no son estadounidenses, tienen 12.000 y 7.500 cuentas cada uno. A mediados de 1999 los cinco principales bancos estadounidenses con cuentas de corresponsales tenían 17.000 millones de dólares en esas cuentas. Los 75 mayores bancos tenían depositados en ellas 35.000 millones de dólares”.

    Ese es el no-sistema. En un informe de 1999 (“Mercados internacionales de capital”), el Fondo Monetario Internacional (FMI) citaba a Alan Greenspan, por entonces presidente de la Reserva Federal en Estados Unidos: “Nosotros no entendemos completamente la dinámica del nuevo sistema”.

    Pero no interesa entenderlo. Funciona. Y cómo lava.

    EL ÚLTIMO ESLABÓN DE LA CADENA

    Si nunca ha habido ni habrá un “Plan Holanda”, tampoco se ha pensado jamás en una mera “Operación Melchizedek”. Al final de la larga cadena del narcotráfico no hay razzias, ni allanamientos, ni alcabalas, ni fotos de frente y perfil con número abajo. Obvio.

    Quien quiera, pues, nombres y rostros, deberá atender al buen olfato o la mala lengua de los periodistas. O confiar en su propia suspicacia. Recordar, por ejemplo, que Lucio Gelli, gran capo de la Logia P-2, tuvo por socio principal en el Banco Ambrosiano al Vaticano, allá por los 70. Que en el escándalo del Bank of Credit and Commerce International (BBCI), séptima institución bancaria en el ranking mundial, salieron a relucir en 1991 asuntos tales como financiamiento del terrorismo y lavado de dinero, y las cuentas personales de Manuel Noriega, Saddam Hussein, Ferdinando Marcos, y depósitos de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y el servicio secreto israelí (Mossad) y la contra nicaragüense. Y que con el banco se vino abajo la gigantesca transnacional de auditorías (¡auditorías!) Price Waterhouse. Y que en los juicios subsiguientes, del lado de la defensa de uno de los grandes socios del BBCI, intervino cierto bufete entre cuyos abogados estaba cierta Hillary Rodham, más tarde conocida –a pesar de lo Lewinsky– como Hillary Clinton.

    Que el serísimo Citibank dejó de serlo por las continuas investigaciones y denuncias que lo han vinculado a la práctica del lavado, con directas referencias a regímenes altamente corruptos como el del mexicano Carlos Salinas de Gortari, el peruano Alberto Fujimori y el filipino Joseph Estrada. No casualmente, jefes de Estado en países productores de drogas.

    Que al primer ministro italiano Silvio Berlusconi se le descubrió en su vasto conglomerado mediático una contabilidad paralela para 64 empresas fantasmas: suerte de súper lavadora para uso personal. Que, en fin, la KBR, gigantesca transnacional de la ingeniería y la construcción, se ha hecho en estos últimos años de milmillonarios contratos en todos esos grandes centros de producción de drogas aquí citados, y en los corredores que van de Pakistán a Bosnia y de Colombia a México. Y que socios claves de esa empresa son la familia Bush y su segundo al mando, el vicepresidente Dick Cheney.

    ¿POR QUÉ O PARA QUÉ?

    No tiene entonces mucho sentido preguntarse por qué, si los gobiernos que rigen el destino del planeta dedican tanta energía al tema del narcotráfico, no apuntan sus armas contra los cuarteles generales de esa industria. Cabría más preguntarse el porqué han puesto tan aparentemente al mundo en pie de guerra contra ella.

    Catherine Austin Fitts, una ex funcionaria del gobierno de Bush padre y actualmente directora de un fondo de inversiones en Wall Street, apunta un motivo que ayuda a comprender las razones de esa supuesta contradicción: cada dólar que se apunta en el renglón ganancias de una transnacional –General Motors, Toyota, British Petroleum, pongamos por caso–, representa automáticamente, por esa extraña lógica del libremercadismo, un incremento de seis dólares en el valor de sus acciones.

    No es poca cosa, si se multiplican por seis los 500.000 millones del narcotráfico. Cedidos en préstamo a bajo interés, o incluso en canje simple por acciones, son 300 billones de dólares. Perfectamente legales, cambiables, usables. A mutuo beneficio. Un monto que no conviene dejar al alcance de potenciales competidores. Ha dicho el renombrado periodista francés Christian de Brie: “El abandono de las soberanías nacionales y la mundialización liberal –que permite a los capitales circular sin control de un lado al otro del planeta– han posibilitado el crecimiento explosivo de un mercado financiero fuera de la ley, motor de la expansión capitalista lubrificado por las ganancias del gran crimen” (“Crimen, la mayor empresa libre del mundo”, en http://mondediplo.com/2000/04/05debrie).

    Así, mientras las ganancias del narcotráfico hacen de motor del selecto grupo de empresas que realmente domina el planeta, y mientras las guerras les permiten apoderarse –para ese u otros negocios– de países enteros, el menudeo de la droga sirve de carne de cañón. Allá lejos, Julio Quispe, Alvaro Jaramillo, los Tom Smith o Jimmy Johnson cuentan felices su pírrica ganancia sin saber que son a la vez víctimas y propulsores necesarísimos del neoliberalismo salvaje. Una droga como cualquier otra.
    Fuente: www.rebelion.org

4/12/08

Fundación de la contaminación


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Los pigmeos, que son de cuerpo corto y de memoria larga, recuerdan los tiempos de antes del tiempo, cuando la tierra estaba encima del cielo.

Desde la tierra caía sobre el cielo una lluvia incesante de polvo y de basura,
que ensuciaba la casa de los dioses y les envenenaba la comida.

Los dioses llevaban una eternidad soportando esa descarga mugrienta,

cuando se les acabó la paciencia.

Enviaron un rayo, que partió la tierra en dos. Y a través de la tierra abierta lanzaron hacia lo alto el sol, la luna y las estrellas, y por ese camino subieron ellos también. Y allá arriba, lejos de nosotros, a salvo de nosotros, los dioses fundaron su nuevo reino.

Desde entonces, estamos abajo.

Eduardo Galeano
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2/12/08

Es oficial: el 2 de octubre ya no se olvida


Por: Antonio Roquentin

La Cámara de Senadores aprobó declarar el 2 de octubre como día de luto nacional. Cada año en esa fecha, la bandera será izada a media asta en memoria de los muertos de la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco. Por aplastante mayoría, la iniciativa fue enviada a la Cámara de Diputados para su análisis y aprobación. Considerando que entre el PAN y el PRI le dan forma a esa “aplastante mayoría”, ¿sorprende la resolución? No. Cuando se hace oficial la conmemoración de una fecha, se hace oficial el cierre de su ciclo vital. El gobierno festeja cada 20 de noviembre la Revolución Mexicana y lo hace de manera oficial: con discursos, desfiles, coronas fúnebres en las tumbas de los próceres. La celebración oficial anula la contradicción entre los objetivos y motivaciones del levantamiento y la existencia del estado tal cual lo conocemos. En un acto solemne, la clase política y militar parece reconocer la causa revolucionaria y hacerla suya. El día feriado parece decirnos “este día se conmemora algo histórico, algo que sucedió en el pasado, algo que tiene su lugar en el recuerdo… es un día para descansar.” El día oficial está destinado a la reflexión, al recuerdo; es entonces cuando está justificada la memoria. Cada 2 de octubre, el país hablará de duelo nacional, las banderas quedarán a medio camino y la clase política pondrá cara de tristeza. Será el día para repudiar la violencia, la represión, “la lucha por la democracia”. ¿Acteal? ¿Atenco? ¿Oaxaca? ¿Ciudad Juárez?, ya no tienen importancia, les ganó Tlatelolco y ahora es representante de lo mucho que odiamos la violencia. El 2 de octubre recordaremos que nos gusta la paz y la democracia, que rechazamos la violencia y la represión; y como será un recuerdo oficial, no será un recuerdo contra el poder de arriba, será un recuerdo de arriba que anula los recuerdos dolorosos que no lleven esa fecha. No se si los senadores de “izquierda” consideren esto como un triunfo, los responsables no recibieron y al parecer no recibirán el castigo que merecen por esos hechos; al contrario, en Mazatlán existen colonias con el nombre de criminales como Luís Echeverría y Gustavo Díaz Ordaz. Después de cumplirse los 40 años de la masacre de estudiantes en Tlatelolco, lo mejor que pudieron hacer estos payasos (payasos importantes pues ganan más de 200 mil pesos al mes), fue marcar el calendario oficial. Esperemos que no llegue el día fatídico en que se haga oficial la celebración del primero de enero como el “día de la diversidad cultural y los pueblos originarios”, porque entonces sí nos habremos ido de una vez y para siempre al soberano carajo.  

29/11/08

EZLN da a conocer en un comunicado los avances para la celebración del Primer Festival Mundial de la Digna Rabia



Hermann Bellinghausen

El subcomandante Marcos y el teniente coronel Moisés, a nombre de las comisiones Sexta e Intergaláctica del EZLN, dieron a conocer en un comunicado los avances para la celebración del Primer Festival Mundial de la Digna Rabia, a celebrarse a fines de diciembre en la ciudad de México y la primera semana de enero de 2009 en San Cristóbal de las Casas, Chiapas.


Entre las personalidades participantes destacan el periodista uruguayo Raúl Zibechi y el estudioso social de origen chileno Marcos Roitman, ambos colaboradores de La Jornada. Los escritores John Berger y Arundhati Roy anunciaron que enviarán ponencias. También estarán Pablo González Casanova, Adolfo Gilly, John Halloway, Luis Villoro y Michael Hardt, entre otros.

El EZLN notifica que, hasta el día de hoy, han confirmado su asistencia personas, grupos, colectivos y organizaciones de México y 20 países más: Irán, Argentina, Italia, Francia, Estados Unidos, Brasil, Suecia, Costa Rica, España, Suiza, País Vasco, Cuba, Chile, Inglaterra, Austria, Venezuela, Bélgica, Alemania, Noruega y Grecia.

De México asistirán adherentes de la otra campaña “de los diferentes estados de la República y que hacen sus luchas” en medios de comunicación alternativos, la defensa de los derechos humanos, las escuelas y universidades, en contra de la represión, por la presentación de los desaparecidos y la liberación de los presos políticos, en organizaciones sociales y políticas, el arte y la cultura, sindicatos, la lucha de las mujeres, con las trabajadoras de la maquila en los rincones del norte, en la lucha ambientalista, la diversidad sexual, el movimiento magisterial, el campo, con las y los trabajadores sexuales, y la sobresaliente lucha del Congreso Nacional Indígena (CNI)”.

Las actividades del festival que celebrarán en la ciudad de México serán, entre otras, la inauguración el 26 de diciembre, y entre esa fecha y el 29, dos ciclos de foros abiertos: por las mañanas, Las cuatro ruedas del capitalismo, y por las tardes, Los otros caminos.

Las cuatro ruedas del capitalismo son explotación, despojo, represión y desprecio. En el foro de la primera “rueda” participarán trabajadores de maquiladoras de Baja California y Tamaulipas, la Confederación General de Trabajadores (Estado español), obreros de Solano (Argentina) y trabajadores de Medio Oriente (Irán).

Sobre el despojo, el 27 de diciembre, hablarán miembros del CNI, colonos de Lomas de Poleo (Ciudad Juárez), la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (Colombia). Y el 28, acerca de la represión, estarán en el foro las “doñas” de Sinaloa y Chihuahua, el colectivo Todos Somos Presos, la Red Nacional contra la Represión y la Solidaridad y la abogada Bárbara Zamora, y se leerán mensajes de los presos políticos de Atenco y de Gloria Arenas. Sobre el desprecio hablarán, el día 29, el Colectivo Anarko Punk La Kurva, el CNI, la Asamblea Nacional de Braceros y la antropóloga Mercedes Oliveira.

Por las tardes se analizarán Los otros caminos: otra ciudad, otros movimientos sociales y otra historia. En todos estos foros podrán participar quienes así lo deseen, previa inscripción con los organizadores.

Para la serie de conferencias magistrales en San Cristóbal de las Casas del 2 al 5 de enero, han confirmado su participación por escrito los autores Arundhati Roy (India) y John Berger (Gran Bretaña). Asistirán Mónica Baltodano (Nicaragua), Michael Hardt (Estados Unidos), Oscar Olivera (Bolivia), Walter Mignolo (Argentina), Raúl Zibechi (Uruguay), Jotxe Iriarte (País Vasco), Jaime Pastor (Estado español), Olivier Bensacenot (Francia), Pier Luigi Sullo (Italia), Marcos Roitman (Chile y Estado español) y Jean Robert (Suiza y México). Además, Los Sin Tierra de Brasil y Vía Campesina (internacional).

De México, Adolfo Gilly, Pablo González Casanova, Luis Villoro, Sergio Rodríguez Lazcano, Paulina Fernández, Gustavo Esteva, Sylvia Marcos, Carlos Aguirre Rojas, Bárbara Zamora, así como Juan Chávez y Carlos González del CNI.

Por parte del EZLN confirmaron su asistencia como moderadores o participantes en las conferencias en Chiapas las comandantas Susana, Miriam, Florencia, Hortensia y Everilda, la capitana Elena y las niñas Lupita y Toñita. También los comandantes David, Tacho, Zebedeo, Guillermo, y el teniente coronel Moisés.

El comunicado zapatista aclara: “Las invitaciones son para participar como expositores. La entrada a todas las actividades del festival son libres y abiertas para toda persona que quiera asistir y conocer de la digna rabia que se organiza en México y el mundo”.
Fuente: La Jornada

21/11/08

Los Nuevos Inquisidores


Por: Cruceiro

“Quién lo diría, los débiles de veras nunca se rinden” Mario Benedetti


La idea que tenemos de la inquisición se debe a los datos proporcionados por los historiadores de las diferentes épocas, en la tarea de describir las relaciones e ideas correspondientes a ese período localizado geográficamente en Europa. Caracterizado por la persecución hacia lo diferente (el otro/los otros), la iglesia católica se asumió como el paladín para el establecimiento social, el parámetro para medir lo válido y lo prohibido, la determinación del bien y el mal, para lo cual se crearon los tribunales inquisidores: “señalar y enjuiciar la herejía de los endemoniados”, en este sentido, miles de personas fueron objeto de burlas, pesquisas, torturas y sacrificios, por no coincidir con las ideas de los inquisidores en torno al mundo.

Si la inquisición fue un contexto que atrae la atención de los investigadores de las ciencias sociales, se debe quizá a su manifestación en la actualidad. Hay quienes dicen que la historia es un ciclo, y por ende vuelve con su cauce, otros la consideran como un espiral que no regresa a su punto de inicio pero mantiene esencia de él. Lo cierto, sin quitar méritos a unos y otros, en esta sociedad moderna donde la cibernética amplía la comunicación entre las personas y la información fluye por los canales satelitales, contribuyendo el acceso al conocimiento, la inquisición se hace presente con otros personajes y otros ropajes, aunque con los mismos actos: se vivió en los destierros y trabajos forzados en Siberia y los Gulags de la Rusia Soviética; se irguió en los campos de concentración nazi en la Alemania de Hitler, la Italia fascista de Musolini y la España desangrada de Franco; intervino en la división y confrontación del pueblo alemán por el muro de Berlín y la actual disputa entre Estados Unidos y Rusia por los recursos del Mar Negro; camina con su paso destructivo sobre la cuna de la civilización en Irak; en la estupidez imperial de asfixiar económicamente al rebelde y digno pueblo cubano; y desde luego, el prolongado exterminio en nombre de “la modernidad” de la cultura de los pueblos indígenas de América: los más humildes y despreciados, los más pobres y humillados, y sin embargo nuestras raíces.

Pese a los datos conseguidos sobre la inquisición, decidimos retomar la expresión que en la literatura se ha plasmado, quizá porque ella, con la genialidad de las manos que le dan forma, ha derribado fronteras, filtrado censuras y encarcelando dictadores, ahí está el caso del poeta Juan Gelman escudriñando la verdad en el horror, porque también en el acecho de la muerte hay instantes para proclamar la vida. La literatura genera «mundos posibles», nos dice el psicólogo Jerome Bruner, y agrega: “la ciencia te dice qué es el objeto de estudio, en cambio la literatura el cómo pudiera ser tal objeto de estudio; la ciencia te dice éste es el camino, y la literatura te abre un abanico de posibilidades para interpretar ese camino”. 

En la grandiosa novela escrita por Dostoievski titulada “Los hermanos Karamazov”, encontramos con simbolismos, sentencias y diversidad de voces que caracterizan a sus obras, tema ya abordado ampliamente por el filósofo ruso Mijaíl Bajtín. En su interior, la novela incluye un poema sobre la llegada de Cristo en los años del medioevo, como una voz independiente, influenciado por las ideas de la iglesia ortodoxa y uno de los trastornos al finalizar su vida, el tema es; el gran inquisidor. Dostoievski fue condenado a muerte, luego a trabajos forzados por sus ideas socialistas, tiempo después, bajo las impresiones sufridas en cautiverio y los problemas económicos, pediría disculpas al zar, refugiándose en el misticismo, lo que no delimita sus cualidades artísticas ni el realismo psicológico en sus obras. 

En “Los hermanos karamasov”, el contexto descrito en el poema del inquisidor, se localiza en la época medieval, cuando los jerarcas de la iglesia están pactando con el Estado el «lucro» de las ideas de Cristo. Él había anunciado que regresaría, pero no dijo cuándo, desde entonces los fieles a su ejemplo de amor al prójimo esperan ansiosos su llegada para acompañar sus pasos y… volvió, el mismo redentor de los dolores ajenos por el dolor propio, el de palabra verdadera, quien despreciaba la miseria, el abuso del poder, la imposición y el odio. 

Su llegada no correspondía a los intereses institucionales de entonces, veía cómo se traficaba con sus ideas y perdían esencia en quienes decían representarlo, rodeados de lujos y comodidades. Intuyó como el pájaro Pujuy: los caminos se hacen para que otros no se pierdan. Y continuó su peregrinar sin prisa pero constante. Antes y después de su aparición, quienes se conducen con independencia e imaginan otra manera de organizar la sociedad y la economía, otra política pues, son perseguidos y crucificados, claro, con otros símbolos y matices.

Ya preso el jerarca da las razones de su eliminación: llegaste –le dijo- en un momento inoportuno, te tenemos que sacrificar por segunda ocasión. Él sólo escuchaba como lo hace quien buen uso de la palabra hace, en silencio, a pesar de proferirle el insulto, incluso la muerte. Atragantándose en su propio odio, y al no recibir respuesta ni de enojo ni de impotencia o perdón, el jerarca pierde la compostura y su rostro se congestiona. Cristo, con la eterna paciencia, le da un beso en la mejilla ante el asombro del religioso-inquisidor y se retira, quizá camino a la muerte programada, o tal vez a la vida, a la libertad.

Como se dijo antes, la sociedad repite sus pasos como un vicio absurdo, y, si bien es cierto la inquisición se remonta al pasado medieval, de nuevo nos topamos con su esencia en la prohibición de palabras y caminos. Indispensable era pues, presentar un panorama general para entender las actuaciones de los personajes que entrarán en escena en el transcurso de esta historia de amor, tormento y pasión (jaja).
No hay que olvidar que vivimos tiempos de crisis económica, algo así como la nostalgia de un imperio unipolar que nació muerto. Algunos señalan que la conclusión de la guerra fría no fue con el colapso de la URSS y la caída del muro de Berlín, faltaba la otra parte en juego, Estados Unidos. Lo cierto, las consecuencia de la recesión que se avecina no anuncia nada bueno para los destinos del país, así que habrá un ¡sálvese quien pueda!; más pobreza, marginación, desempleo, hambre y violencia. Mientras la clase política en Sinaloa se embarra entre la corrupción y el soborno, el gobierno nefasto de Calderón se desintegra más rápido de lo esperado, las reformas impulsadas generarán más miseria a la vez que las empresas petroleras de Europa y Estados Unidos se reparten el botín PEMEX, levantemos entonces el telón para ver “los nuevos inquisidores”, la más taquillera en los escenarios sinaloenses desde Óscar Liera, el maestro de la dramaturgia en la región.
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En el documento anterior se comentó la embestida realizada por los profesores Ricardo Madrid Uriarte y José Roberto Monjaraz García, para impedir que los profesores de la zona 047, ubicada en Bacubirito Sinaloa, pudieran elegir a un representante digno y democrático, defensor de los derechos laborales. La imposición política de sus nombres, en la persona del profesor Julio Cota, ante toda lógica de ética y profesionalismo, pisotearon el sentir de la mayoría de los profesores que la componen.

Se buscaba una representación real de los intereses de los trabajadores que el anterior delegado, el profesor Tito, se negó asumir. Con ese antecedente los compañeros exponían sus deseos de quitar el monopolio de las decisiones a los profesores arriba señalados, y por desgracia no fueron escuchados, así surgieron las confusiones y problemas que al salirse de sus manos trataron de justificar buscando culpables, y quién mejor culpable de la ineptitud ajena que señalar a quien redacta estas notas.

Hay que recordar que el entonces coordinador sindical, el profesor Arnoldo, sin informar nada ni explicar nada pedía en la coyuntura que se acercaba la “unidad sindical” para que no hubiese disturbios, por lo tanto apoyar a un candidato que no daba a conocer pero que se intuía en el profesor Julio Cota, pero sin hablar en qué consistía dicha unidad, como si los procesos sociales funcionasen de manera mecánica, y no por acuerdos de los integrantes en arduas discusiones, exponiendo los diferentes puntos de vista, pero buscando el objetivo primordial: qué necesita el magisterio, cómo lograrlo y con quiénes.

Fue en esa reunión cuando el profesor Arnoldo, al recapitular sobre su experiencia en las filas del magisterio, anunciaba la nueva política. Comentaba que antes para tomar decisiones se procedía en lo oscuro entre unos cuantos, pero ahora las cosas habían cambiado, y que por eso teníamos que apoyar a alguien que representara a esa unidad. La «representatividad» significó el punto de disyunción por todo lo vivido con el profesor Tito, se entendía que los profesores no querían la misma historia, y la discusión se tornó acalorada mientras era abierta, luego, cuando el discurso se tornó democrático y esperanzador, fue clausurado por los inquisidores.

Ellos con sus torpezas cotidianas generaron los problemas, creen con ingenuidad que la política es un campo exclusivo de trajeados y apadrinados, pero la política desde los filósofos griegos posee un carácter social, en ese sentido era indispensable la diversificación de las responsabilidades, el asumir organizadamente las riendas de los problemas, los retos a lograr que, en términos educativos son bastantes. Desde esta pluma se ha propuesto muchas veces la idea de armar un proyecto educativo que incluya a toda la zona en la labor alfabetizadora sin la más mínima respuesta. La educación sin la democratización de los escenarios y sin un discurso humanista no resolverá el problema del fracaso educativo, por más reformas que desde arriba se tracen. Se requiere replantear los problemas ya que son décadas de trabajo a la basura, y no estamos dispuestos a dilapidar más tiempo.

Tal vez porque somos jóvenes pensaron que lo nuestro era el griterío y la diversión en altas horas de la noche, no el preocuparnos por lo que sucede alrededor, mucho menos el tener la capacidad de analizar y el valor de emitir la crítica, de no agachar la mirada y tratarnos como igual, como compañeros. Pero, para ellos eso de igualdad en el trato es un insulto, cómo puede ser posible la igualdad después de tantos años de sumisión ante el poder para lograr un mediocre puesto, así sea de supervisor o coordinador sindical.

Para descalificar a quienes no compartían esa «política» de sometimiento a los caprichos de esos dos personajes sacados de las mangas del viejo y caduco PRI (¿acaso hay una diferencia con el nuevo?), los calificaban de revoltosos, cuando se reclamaba un derecho elemental que todos como civiles tenemos, el ser escuchados y tomados en cuenta, pero ni eso, lo cual indica que las posibilidades de transformar y democratizar el magisterio son nulas mientras personas como los profesores Ricardo y Monjaraz mantengan puestos públicos porque en sus relaciones no existe el diálogo ni la alternativa sino el gandallismo, la prepotencia, la simulación y la ignorancia hecha docencia.  

Cuando sintieron que el plan se les hacía agua, utilizaron el recurso de los inquisidores en tiempos de cacería de brujas, dieron inicio a una campaña de intimidación y miedo (terrorismo institucional), de soborno y compra de conciencia, condenando a los rebeldes con el descrédito eterno, la excomunión, la hoguera, la muerte…(ya me puse trágico como Shakespeare), como si el no estar de acuerdo implicara asumirlo en la lista de enemigos, mmhhh… suena a fascismo; la política de la no política, del capricho personal.
La coyuntura política puso en evidencia los intereses creados, tanto el simulador como el indiferente, el opositor a una tendencia política viciada y vacía y el que pretende posicionarse en la estructura sindical. Lo que para los profesores era un derecho para la cúpula la pérdida del mando. Aquí no importaron las formas, el respeto, el compañerismo, la ética, todo se fue por la borda y se mostraron los rostros ya sin máscaras, tal como son, algunos resultaron más grotescos de lo que el espejo transmite, un carnaval bochornoso. La escena tan escalofriante como los cuentos de Edgar Alan Poe, o terrorífica como la sentencia de Bush hacia los musulmanes: “están con nosotros o contra nosotros”. En plena éxtasis, hubo quienes rompían la tensión e impertinentes preguntaban, ¿acaso no hay opciones sensatas? Al no recibir respuesta lo mejor fue no ser parte de la conjura (no participar en la elección), y pasó lo que ha pasado en México en toda su historia electoral, entre el manoseo y amarres se concretó el fraude, orquestado por los inquisidores. Queda claro que ambos utilizan la posición en el sindicato para construirse su propiedad, y en el radio de acción no se encuentra un gesto de honor, un guiño de humildad y respeto a la profesión pedagógica, para los mercaderes que son la vida no es otra cosa que comprar y vender a cualquier precio, incluso soterrando lo que distingue a la especie humana de las demás; la educación y la cultura.

Es penoso que en plena “era de la comunicación” sigan sin darle lugar a la palabra, sin resolver las dificultades y contradicciones con el diálogo. Anular la palabra es como anular la esencia del maestro que es comunicar el conocimiento, utilizar la razón, el argumento. El poder que se asume como tal elimina la palabra, al menos es la muestra que los inquisidores establecen como un código vergonzoso, ignorando que somos una zona educativa de fracaso, las estadísticas no mienten, ahí está el principal reto, ahí es donde se tiene que invertir e imaginar, buscar la unidad, para lograrlo se requiere otra manera de organizar la zona, escuchar las necesidades de los profesores porque son quienes viven las situaciones descompuestas en las aulas.

En mi persona han justificado sus errores y la persecución ahora es más latente (os dije que entre los priístas viejos y nuevos no hay diferencias). No conformes con manipular el proceso electoral, me destituyeron sin consultarme de los cargos en la dirección de la escuela, el puesto no importa lo más mínimo, pero es triste la intención que los motivó, la conducción de voraces rapiña. La idea es anularme en todos los sentidos, la censura se ha extendido hasta en el uso de la computadora para evitar –dicen- que siga publicando. Digamos que acá se aplica la ley del hielo, el aislamiento. Pero, sabemos que a la palabra nadie la detiene ni la congela, la palabra que se hizo para nombrar y nombrase, señalar, construirse así misma y transformar la realidad, la nuestra.

El profesor Omar aplaude con gusto: se lo merece ese pinche zapatista, dice con jactancia, como si ser zapatista fuese sinónimo de traidor o vergüenza, como si ser zapatista implicara comprar votos para los candidatos del PRI y esperar las migajas al término de la elecciones o callar cuando hay que hablar, o sea, cuando a un(a) compañero(a) se le violenta su integridad.

Para la mala información del profesor Omar, el zapatismo implica una ética, la construcción de una sociedad donde se elimine la división social entre ricos y pobres. En las comunidades zapatistas no existen los Monjaraz ni los Ricardo, no es uno el que decide y manda, allá manda y decide la comunidad, es decir, se toma en cuenta a sus miembros. Es el principio de mandar-obedeciendo, una manera de actuar y resolver los conflictos con la palabra como vehículo, a eso le llaman la otra política, la política del nosotros por encima del yo.

¿Debemos sentir vergüenza de lo que somos?, ¿por no dejarnos llevar por la corriente, de no hablar por hablar sino porque algo fuerte impulsó nuestros sentimientos para redactar lo que sucede? No hay que olvidar que fue el profesor Omar quien invitó a la directora de la primaria de Bacubirito, la profesora Marilú (cuando su padre estaba al borde de la muerte y ella se dio espacio para intentarlo) al lanzarse como delegada, prometiéndole apoyo incondicional al mismo tiempo que ayudaba al profesor Julio Cota, jugando al perro de las dos tortas, y fue él quien no quiso asumir la responsabilidad de lo sucedido, achacándome la culpa del desastre electoral, que de por sí era un desastre. ¿Quién tiene que sentir vergüenza de lo que dice y hace? Sabemos lo que somos y queremos, no traicionamos, como se dijo antes, tenemos ética.

Quizá Omar no lo sepa, ni Ricardo, ni Monjaraz, ni Julio, ni Arnoldo, ni Merced (la nueva adquisición en el mercado de ofertas, el revolucionario de pacotilla). Nosotros no nos vendemos ni nos rendimos, y si es necesario ofrendar la vida por una causa justa, estamos dispuestos sin afán material ni puestos públicos ni reconocimientos, simplemente porque la solidaridad es un recurso que se siente en el pecho y se manifiesta en las palabras y actos. La burla hacia la maestra Marilú fue un acto cobarde, porque ser honesto y crítico tiene su costo, más si se presentan en una mujer. Cómo se les iba a apoyar sabiendo lo que son: aves de rapiña. Una cosa más, vayan desempacando todos los artefactos porque tengan la seguridad que resistiremos lo que manden, estamos preparados para eso, para no doblegarnos, para luchar si es preciso.

El tiempo es de ustedes, sacad provecho y reíd (aunque sea de rabia), pero pronto, muy pronto vendrá el tiempo nuestro con su murmullo de justicia. El país se desangra por todos lados, la institucionalidad está en deterioro, el modelo neoliberal ha fracasado. Entonces, cuando el cielo reviente del dolor acumulado por más de 500 años, entonces el suelo será igual para unos y otros, tiempo será para saldar las deudas, de nada servirán los puestos ni los títulos ni las relaciones, nada, no habrá ni olvido ni perdón, ¿estáis preparados? 

Cruceiro, Cruzeta, Cruzado, ¡uta, cuántos sinónimos!


19/11/08

Lomas del Poleo: La legalización del crimen a partir de la privatización de la vida cotidiana


Por: Antonio Roquentin


El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define “privado” como: "1. (Del part. de privar; lat. privātus). 1. adj. Que se ejecuta a vista de pocos, familiar y domésticamente, sin formalidad ni ceremonia alguna." y "2. adj. Particular y personal de cada individuo." además de "3. adj. Que no es de propiedad pública o estatal, sino que pertenece a particulares." Por otra parte, se define "público" como: "1. adj. Notorio, patente, manifiesto, visto o sabido por todos.", "2. adj. Vulgar, común y notado de todos." y "3. adj. Se dice de la potestad, jurisdicción y autoridad para hacer algo, como contrapuesto a privado.", además de "4. adj. Perteneciente o relativo a todo el pueblo."

Lo privado se opone a lo público, es su antónimo. Se puede decir que lo público tiene una connotación abierta, transparente. Lo público hace referencia a todos, pues todos constituimos lo público. Es sólo una deformación política que se le de a lo "público" la característica de ser "propiedad del Estado". El Estado, ese conjunto de instituciones y poderes que supuestamente administran lo público, está lejos de representar los intereses de todos. Lo público va más allá del Estado, se genera y transforma con independencia de este. Cuando se habla de una empresa pública, se quiere decir en realidad que la empresa es estatal, sujeta al manejo discrecional y corrupto de administradores políticos. PEMEX no es una empresa pública sino estatal. Las playas sí son públicas (por lo menos la mayoría hasta ahora), son accesibles a todos los que, pudiendo hacerlo, quieran ir a visitarlas. Tal vez por esa diferencia tan sustancial, es que cuando se habla de la acción que convierte a un bien, empresa o servicio en propiedad del Estado, se dice "nacionalizar", "estatizar". Los términos "publicar", "hacer público", "publicitar", están claramente relacionados con la acción de hacer algo del conocimiento de todos; sin embargo, esto tiene que ver sólo con la información, pero no con los bienes, empresas, servicios o incluso el conocimiento, ¿por qué? 

Una de las características principales del sistema capitalista es la propiedad privada de los medios de producción. La oposición a lo público, a lo colectivo, es esencial en el sistema, de ahí que la teoría económica convencional ponga en el centro del escenario social al individuo. La suma de decisiones tomadas por individuos anónimos y aislados, da forma a los principios de la "ciencia" económica actual, basada por completo en este robótico homo oeconomicus. Y son estas teorías las que nutren el conjunto de políticas económicas que suelen conocerse como "neoliberalismo", que no es otra cosa que la eliminación, no sólo de lo estatal, sino también de lo público. El argumento utilizado para justificar la preponderancia de lo privado sobre lo público es la eficiencia, el óptimo económico, la generación de riqueza. Por supuesto, la riqueza será también privada. Siguiendo con el juego de palabras, se argumenta que el Estado es intrínsecamente esclerótico, lento, ineficiente, corrupto; y ante la confusión entre lo público y lo estatal, se piensa que lo privado se opone a lo estatal solamente. "Privar" está definido en la Real Academia como "1. tr. Despojar a alguien de algo que poseía.", "2. tr. Destituir a alguien de un empleo, ministerio, dignidad, etc.", "3. tr. Prohibir o vedar." Pero el juego de palabras no termina y para referirnos a la acción de despojar al público usamos un eufemismo que hace referencia a una acción política: privatizar. Así, lo "notorio", "patente", "manifiesto", "visto y sabido por todos", lo "perteneciente y relativo al pueblo", deja de serlo.

Hace un par de días, el G-20, presidido por el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se reunió de manera urgente para determinar las acciones necesarias para enfrentar la actual crisis económica y la recesión que apenas empieza. Las medidas acordadas y firmadas por los mandatarios de los 20 países, giran en torno a lo que consideran principios fundamentales e irrenunciables: el libre mercado y el respeto a la propiedad privada. Nada nuevo. Las acciones encaminadas a superar la crisis son las mismas que se han aplicado desde hace más de 30 años. La vocación expansiva del capital lo condiciona a conquistar siempre nuevos territorios para evitar la crisis que también le es propia; primero geográficamente, ahora, en todos los aspectos de la vida cotidiana. Con las justificaciones mencionadas arriba, la consigna es privatizarlo todo, desaparecer hasta el último rastro de aquello que siendo público, pueda ser utilizado en favor del capital, en favor de la generación de riqueza privada. Las voces que proponen la privatización de todos los aspectos de la vida social han dejado de ser "radicales"; la normalidad hoy es considerar que no hay cosas que no sean “privatizables”. La propuesta de Friedrich von Hayek en cuanto a privatizar la emisión de dinero se hace realidad en el Sistema de Reserva Federal estadounidense (FED), considerado como un "consorcio público/privado", es encargado "independiente del estado" de la emisión de la moneda que es divisa mundial y que sirve de medida de valor de las monedas nacionales. La privatización de todos los recursos naturales es la agenda pendiente del capital actual.

Las modificaciones al artículo 27 de la constitución mexicana tienen esa lógica, despojar a lo público de lo que tiene y le da sentido, destruir lo colectivo en aras de la generación de riqueza individual, privada. La aplicación de políticas neoliberales en México ha generado a la vez riqueza privada y pobreza pública. No nos engañemos: los índices de crecimiento económico han sido altos desde la vigencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, como también los índices de pobreza e indigencia han sido cada vez más elevados. La privatización de lo colectivo tiene su rostro más trágico en la destrucción de la comunidad construida en el territorio. La privatización de la tierra es un despojo mayor, pues priva al público de su historia, lo despoja de la construcción comunitaria a través del tiempo; es la expulsión de población del campo, hacinamiento urbano y finalmente, pérdida de libertad. La imposible conjugación de libertad con propiedad privada forma parte del discurso ideológico dominante; pero los campesinos que se vieron despojados de sus tierras tienen ahora la única libertad posible en el capitalismo: escoger el patrón, escoger a quién le acrecientan la riqueza privada. México es con frecuencia, ejemplo de país capitalista, tanto por su voluntad privatizadora como por su desprecio a todo aquello que signifique comunidad. En este sentido, toda la actividad estatal está encaminada a destruir las formas de organización social basadas en lo colectivo. Desde la guerra de baja intensidad contra los Municipios Autónomos Zapatistas en el sur, la represión salvaje a los campesinos autonomistas de San Salvador Atenco en el centro, hasta el aniquilamiento de la comunidad en Lomas del Poleo en el norte, la geografía nacional vive la forma más violenta de despojo por parte del poder privado.

La colonia Granjas Lomas del Poleo, es un asentamiento humano que vive en la periferia, al norponiente de Ciudad Juárez, Chihuahua. En la frontera más árida con Estados Unidos, 250 familias se establecieron ahí desde hace más de 30 años. Con una extensión de alrededor de 400 hectáreas, el predio se divide en pequeñas granjas de 1 o 2 hectáreas por familia, destinadas a la cría de ganado menor. La mayoría de los asentamientos han sido poblados de manera irregular, ya que los terrenos fueron repartidos por líderes políticos que traficaban electoralmente con estos; no obstante, los colonos han tenido que pagar por una carta de posesión que fue expedida legalmente por un juez. A partir de la construcción de una carretera cercana hace cuatro años, dos supuestos dueños del predio aparecieron de la nada. Con documentos aparentemente apócrifos (no habría diferencia si fueran legales), los hermanos Zaragoza reclaman la propiedad de dicho predio. Esto quedaría en una más de las tantas anécdotas de supuestos dueños que aparecen después de muchos años si no tuviera las características violentas y criminales que tiene, y si no representara como representa, una peligrosa tendencia en cuanto al aplastamiento de lo público por parte del poder privado. Respaldados en la impunidad que les da la complicidad de los gobiernos municipal y estatal, los hermanos Zaragoza han hecho uso de medidas de corte totalitario sobre la población de Lomas del Poleo: cercamiento con alambre de púas, instalación de retenes que impiden la entrada y el libre tránsito, instalación de torres de vigilancia; sí, como en las prisiones y los cuarteles. Pero tal vez, lo más peligroso de todo es una variante más de la destrucción de lo público: desde hace no mucho tiempo, la idea de “seguridad pública” está siendo dejada de lado (por pretextos como la obsolescencia de los cuerpos policíacos, la corrupción, la falta de claridad en la diferencia entre administradores de la justicia y delincuentes, etc.), y en su lugar, la “seguridad privada” se impone como el último grito de la moda: autos blindados, ropa blindada, alarmas antirrobo, y la proliferación de agencias de seguridad privada; el sueño de todo liberal hecho realidad.
Hablando con propiedad y siendo puntuales en el lenguaje, un policía privado no es más que un mercenario, trabaja para quien le paga, el poder privado; trabaja para defender o llevar a cabo el despojo, la destrucción de lo comunitario. En Lomas del Poleo han incendiado y/o derribado más de 50 casas, han estado involucrados en el asesinato de un hombre y la incineración de dos niños, han dejado a decenas de familias sin hogar y todos los días amedrentan, hostigan y amenazan a cualquiera que entre o salga del predio por los retenes paramilitares que han instalado. Han destruido las instalaciones eléctricas (los postes públicos) y amenazan con destruir próximamente las escuelas y el jardín de niños (nótese lo simbólico de estos lugares como constructores de comunidad). En un comunicado de uno de los inefables hermanos, se puede leer algo que nos aclara bastante el panorama de lo que ahí sucede:

El hecho de que (los colonos) tengan escuelas, guarderías, credencial de elector y nomenclatura no les da derecho a la propiedad de la tierra” 

...tampoco que tengan más de 30 años viviendo ahí, al parecer. La destrucción de lo público no tiene límites prácticos y muy pronto no tendrá límites legales. La existencia de policías privados hubiera sido impensable hace no mucho tiempo, pero el de Lomas del Poleo no es un caso aislado; en Irak se movilizan grupos de mercenarios para-policiales contratados por las corporaciones privadas que se enriquecen de la reconstrucción en las ruinas que ha dejado la guerra. Tras la fachada de la “seguridad privada”, el poder de arriba se arma hasta los dientes y se dispone al despojo final, la privatización total de la vida cotidiana. El crimen perpetrado contra los habitantes de Lomas del Poleo no es algo nuevo, pero da cuenta de la intensificación del ataque contra los espacios públicos y la destrucción de cualquier forma de organización colectiva. En la cumbre del G-20, Bush hace un llamado para que las naciones rechacen el colectivismo; Bush todavía aconseja. Los presidentes del G-20, sólo firman.

¿El problema es la propiedad privada? Hay quienes marcan la diferencia entre propiedad privada y propiedad personal, estando la primera basada en valores de cambio y la segunda en valores de uso; es decir, mientras que la propiedad personal es aquello que se tiene porque se usa, la propiedad privada es aquello que otros necesitan o quieren usar. Más allá de la semántica, es indudable que la propiedad es tan antigua como la historia, pero es precisamente la historicidad de la propiedad lo que debe entrar en el análisis crítico. La propiedad no es la misma desde siempre y no será lo mismo para siempre. La forma de propiedad que existe en el capitalismo tiende a concentrar los medios del hacer social, tiene como característica principal la privación de la comunidad de sus medios de reproducción. El colectivo se reproduce con medios que le son ajenos, pues no son medios colectivos sino privados, individuales. Saltando toda la parafernalia pseudo-científica de las teorías económicas que llenan los planes de estudio en las academias, hay una lógica simple: los obreros sin el patrón pueden producir, el patrón sin los obreros sólo produce lástima; y para ejemplos están Zanón y varias fábricas, comercios y hoteles en Argentina, recuperados por sus trabajadores, produciendo con competitividad, eficiencia y creando riqueza pública, colectiva, a pesar de los ataques diarios a su forma de organizarse y producir; ahí están los MAREZ zapatistas, con sus propias formas de organización económica y política, superando desde sus carencias los problemas que ni el Estado ni las empresas privadas han solucionado jamás.

¿Cuánto tiempo hace falta para que lo que viven en Lomas del Poleo, lo vivan los colonos de Isla de la Piedra y muchos otros asentamientos? No es posible saberlo con exactitud, pero parece ser que si no se da una organización social lo suficientemente importante como para impedir que los dueños espontáneos y sus cómplices disfrazados de autoridad destruyan los espacios públicos, asesinen, encierren y violen los derechos humanos de la gente, será muy difícil parar todo esto. El despojo urdido contra los habitantes de Lomas del Poleo es el resultado de la alquimia capitalista que hace legal el crimen a través de la destrucción sistemática de lo público en la vida cotidiana.

Algunas fuentes de información en la red:
AQUÍ
AQUÍ
AQUÍ
AQUÍ
AQUÍ
AQUÍ
AQUÍ

18/11/08

Crimen y democracia: el caso de México




Hermann Bellinghausen
La Jornada



¿Qué no describió ya el viejo Marx lo que hoy está ocurriendo, y todo lo que ha ocurrido desde su entonces? (Bueno, se le escapó prever el desarrollo del "socialismo real", que a lo largo del siglo XX lo reivindicaría como su ideólogo y guía).

"El delito, con los nuevos recursos que cada día se descubren para atentar contra la propiedad, obliga a descubrir a cada paso medios de defensa y se revela, así, tan productivo como las huelgas en lo tocante a máquinas. ¿Acaso sin los delitos nacionales habría llegado a crearse nunca el mercado mundial? Más aún, ¿existirían siquiera naciones?" (El pasaje proviene de unos apuntes para su Teoría de las plusvalías redactados hacia 1860, en la estupenda edición Elogio del crimen de Karl Marx, Sequitur, Madrid, 2008).

Como pocas edades del capitalismo burgués, nuestro presente es merecedor de la ironía marxiana. A fin de cuentas la primera conclusión firme sobre la globalización neoliberal es que favoreció, si algo, al crimen organizado, que estaba más preparado que nadie para los nuevos códigos y recursos del libérrimo mercado. Un ejemplo es Rusia. Y lo podemos ver en México. El llamado narco ha sobrepasado en eficacia al Estado, las empresas y los bancos legales (sin ignorar que éstos son pródigos en delitos "de cuello blanco").

Paradójicamente, nos dicen que ahora tenemos "más democracia" que nunca. Hace poco, en Tuxtla Gutiérrez, ante los empresarios nacionales, Enrique Krauze hasta le puso fecha a la "consolidación de la democracia": 2012. Al menos coincide su cronología con las "profecías mayas" antiguas, que para el mismo año fecharon el fin del mundo. Sería el clímax de la "transición" que se supone atravesamos, casualmente, desde que se desencadenó el ciclo neoliberal.

Con un gobierno federal "espurio" y un Estado además de inepto empequeñecido por partida doble (la propia decisión de "achicarse" y la avalancha criminal y económica que lo desafía), la democracia mexicana se presenta en extremo endeble y su tránsito podría ser a un nuevo autoritarismo represivo.

Los priístas lo han entendido mejor que nadie. No sólo son veteranos como políticos de Estado, también como delincuentes. Su futuro político en la democracia televisiva (incluyendo las telenovelas y los gossip shows) es prometedor. Los gobernadores tricolores, imper-meables al escándalo y las responsabilidades penales, han demostrado eficiencia en sus actuales señoríos: Oaxaca, Sonora, Coahuila, Puebla, Veracruz y sobre todo el estado de México. En Tamaulipas y Chihuahua, muy pragmáticamente, abdican o "cogobiernan" con la delincuencia organizada.

Nuestra democracia electoral es tan importante como negocio que la primera institución en alarmarse ante los inminentes recortes presupuestales que promete la crisis no fue una secretaría de salud, educación o desarrollo social, sino el Instituto Federal Electoral. Suyo, y de los partidos políticos, es el pródigo negocio de los comicios (y desde el Congreso, la aprobación de leyes privatizadoras y la distribución del gasto nacional). La gente, consumidora de esa democracia, no cuenta, aunque es la única base sólida en la pirámide virtual del poder político.

El crimen organizado (hasta las noticias lo llegan a reconocer) se entrelaza íntimamente con el poder que se supone lo persigue y "combate". Hasta una "guerra" le tiene declarada, para desasosiego del Ejército federal que la pelea. Como bien documentó Karl Marx, el crimen "impulsa las fuerzas productivas, descarga al mercado de trabajo de una parte de la sobrepoblación sobrante, reduciendo así la competencia y poniendo coto, hasta cierto punto, a la baja del salario, y al mismo tiempo, la lucha contra la delincuencia absorbe a otra parte de la misma población".

En suma, el delincuente produce "toda la policía y la administración de justicia penal, y a su vez, las diferentes ramas de la industria que representan otras tantas categorías de la división social del trabajo". Setenta años antes del fascismo, Marx ofrecía un ejemplo vigente: "Solamente la tortura ha dado pie a los más ingeniosos inventos mecánicos, y ocupa en la producción de sus instrumentos a gran número de honrados artesanos".

Dentro del capitalismo democrático de libre mercado a nadie le va mejor que a mafias, familias, hermandades, cárteles, partidos políticos, cúpulas y uno que otro sindicato. Se entregan a la "competividad". Por eso se pelean tan feo. Hacen la economía burguesa, y ésta los hace a ellos. Endogamia pura.

9/11/08

Breve historia de la civilización



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Y nos cansamos de andar vagando por los bosques y las orillas de los ríos.
Y nos fuimos quedando. Inventamos las aldeas y la vida en comunidad, convertimos el hueso en aguja y la púa en arpón, las herramientas nos prolongaron la mano y el mango multiplicó la fuerza del hacha, de la azada y del cuchillo.
Cultivamos el arroz, la cebada, el trigo y el maíz, y encerramos en corrales las ovejas y las cabras, y aprendimos a guardar granos en los almacenes, para no morir de hambre en los malos tiempos.
Y en los campos labrados fuimos devotos de las diosas de la fecundidad, mujeres de vastas caderas y tetas generosas, pero con el paso del tiempo ellas fueron desplazadas por los dioses machos de la guerra. Y cantamos himnos de alabanza a la gloria de los reyes, los jefes guerreros y los altos sacerdotes.
Y descubrimos las palabras tuyo y mío y la tierra tuvo dueño y la mujer fue propiedad del hombre y el padre propietario de los hijos.
Muy atrás habían quedado los tiempos en que andábamos a la deriva, sin casa ni destino.
Los resultados de la civilización eran sorprendentes: nuestra vida era más segura pero menos libre, y trabajábamos más horas.

Eduardo Galeano
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7/11/08

La seducción del evento histórico


Adivina la semejanza, ¿qué tienen estos en la panza?

Por: Antonio Roquentin

“Por primera vez en la historia”. Frase llena de atractivo, parece invitarnos a respirar el aire fresco de la esperanza. Nuestra cultura política nos condiciona a voltear hacia arriba cuando pensamos en la posibilidad de que los problemas sociales sean resueltos. Cada seis, tres, cuatro años, centramos nuestra atención en los procesos electorales que pretenden recordamos que vivimos en democracia. Con las más avanzadas técnicas de marketing, una runfla de personajes salen —en ocasiones por primera vez— a la luz pública, pulimentados cuidadosamente, vistiendo sus mejores trapos y con una sonrisa forzada que más bien parece una mueca de dolor. Y entonces se ven por las calles, por los medios, los rebaños vistiendo los colores representativos de la “fórmula” que apoyan. El choque entre rebaños puede ser terrible: la esperanza que el líder-candidato representa para su grey es suficiente para que muchos consideren que vale la pena una cuota de violencia en aras de defender el “proyecto de nación” que encabeza el iluminado. Por supuesto, el líder permanece a salvo de las pedradas y banderazos.

Y entonces, en lo que parece ser un momento extraordinario, la configuración de fuerzas en el poder de arriba cambia; de pronto sucede lo que generaciones no vieron jamás y lo inédito toma forma. El partido, el candidato, el género, el color que jamás había estado en el máximo poder político, por una serie de acontecimientos previos, tiene la oportunidad de “dirigir los destinos de la nación”. El acontecimiento parece inaugurar algo radicalmente nuevo. La palabra “cambio” cobra nuevo significado y entonces los problemas sociales parecen llegar a un fin largamente esperado. El personaje principal se viste de Mesías y en su primer discurso le anuncia a la muchedumbre lo que anhela escuchar.

En un mundo donde las formas aparecen desprovistas del fondo que las condicionan, el evento inédito en la historia tiene toda la fuerza de la inmediatez. El brillo de lo nuevo, “flamante” nos gusta llamarlo, llega a nublar totalmente nuestra capacidad de análisis al saturar nuestra capacidad de asombro. ¡Primera vez en la historia que pierde el PRI!, ¡Primera vez en la historia que gana una mujer la presidencia!, ¡Primera vez que un negro es presidente de los Estados Unidos! El asombro llega a su clímax cuando el acontecimiento inédito se proyecta al futuro: ¡Todo es posible!. Obviamente, el discurso político está tradicionalmente separado de la práctica, de la realpolitik. La decepción no se hace esperar; a menudo sucede antes de los 100 primeros días que los analistas políticos esperan para darle un razonable margen de acción al mandatario, para entonces iniciar sus primeras evaluaciones. Y esto se repite una y otra vez, en un círculo vicioso de esperanza-novedad-júbilo-decepción.

Puede haber muchas explicaciones para este fenómeno. Una de ellas puede ser, que la seducción del evento histórico nos impide ver la historicidad de dicho evento. Que gane Vicente Fox, Cristina Fernández de Kirshner o Barack Obama, no se ve como consecuencia, como producto de un movimiento histórico desde abajo, se ve como principio de un cambio histórico que de hecho, ya ocurrió. Ni el movimiento social de 1968 y 1994 en México, ni la lucha contra la dictadura y la crisis del 2001 en Argentina, ni la histórica lucha por los derechos de las minorías y contra la segregación racial en Estados Unidos, parecen ser el origen de procesos históricos que culminan en una elección presidencial; por el contrario, la llegada del líder parece ser el principio de solución para los problemas que desde hace años combaten los movimientos sociales desde abajo.

Los resultados que tradicionalmente se obtienen de estos gobiernos históricamente novedosos, no son para nada novedosos en la historia. La reproducción de las formas del poder de arriba y la reivindicación del sistema económico que las sostienen, hacen prácticamente imposible la realización de cambios radicales en la estructura social. La decepción no impide que lleguen nuevas fases de esperanza, alimentadas por la destrucción selectiva de la memoria. El poder de arriba, diseñado para mantener incólume el status quo, suprime la historia como proceso, niega el movimiento social despersonalizado. El culto a la personalidad en la política desvanece el movimiento social que da origen a los cambios significativos. El líder, convertido en fetiche, condiciona las soluciones a los problemas sociales, las posterga hasta que tenga oportunidad de ejercer el poder. Por eso, la encarnación de la esperanza en el líder del acontecimiento inédito, llámese Vicente Fox, Cristina F. de Kirshner, Barack Obama o Jorge Rodríguez Pasos, no deja de ser más que una ilusión pasajera, una decepción segura.


Artículos interesantes sobre Obama AQUI y AQUI  

6/11/08

La muerte y los medios




Por: Antonio Roquentin

El día de muertos es en México una fiesta, una celebración que combina la nostalgia de la separación y la alegría del reencuentro. Se viste de colores, olores, sonidos de fiesta. Así se establece una diferencia significativa en nuestra cultura con respecto a la relación que en otros países se tiene con la muerte. En México se convive todos los días con la muerte, es parte fundamental de las noticias, es charla cotidiana. Y a fuerza de repetirla, de evocarla y practicarla, se vuelve terrible normalidad. Porque la muerte es fiesta más allá del segundo día de noviembre, porque cuando se trae forzada por las cuentas que requieren ser ajustadas, se ve como parte ya de una cultura que menosprecia la vida del que acepta la lógica funesta: “andar mal” para “terminar mal”.

La muerte como lamento llega cuando se escapa a la lógica, cuando no la justifica el consenso condenatorio. Y en medio de las miles de muertes y accidentes que ocurren todos los días, los mass media instalan el lamento por la muerte importante; fabrican un nuevo consenso en el que todos deben lamentar la pérdida del funcionario patriota, del gran mexicano que se hizo famoso por tener un puesto de poder. En este caso, la muerte aparece como profundamente ilógica y la corrección política obliga al silencio respetuoso, al pésame oficial. Así, el espectáculo televisivo del mediodía son las pompas fúnebres que el poder de arriba se otorga. El espectáculo morboso se mezcla: hierros retorcidos, autos calcinados, ceremonias de negro impecable, discursos, comentaristas televisivos falsamente compungidos.

El consenso creado por los fabricantes de la opinión pública surte efecto: nos sentimos inseguros, con miedo, invadidos por la incertidumbre. Tal vez, al terminar el noticiero, pensamos que lo sabemos todo, y creemos que la gente no muere todos los días, que sólo las muertes “importantes” son dignas de lamentarse. Tal vez no sabemos —o no nos interesa saber—, que un niño de Guerrero muere bajo un tractor al estar trabajando en un campo de Sinaloa; tal vez no sabemos, ni sabremos nunca su verdadero apellido, pues en el diario lo disfrazan con un triste “N”. Porque no es noticia que en México haya más de tres millones de niños trabajando. No es noticia que en los campos de Sinaloa existan esclavos, traídos desde el sur, explotados de manera inmisericorde; esos campos donde se explota a más de 20 mil niños. No son esas las cosas que capitalizan raiting en el noticiero del mediodía.

Los tiempos de la muerte son administrados por las corporaciones mediáticas. El seguimiento de las investigaciones por la “muerte importante” será el nuevo reality show de los inefables noticieros. La muerte insignificante, la del niño jornalero, la del obrero de la construcción, la del indígena baleado o famélico, la de la mujer por ser mujer; esa muerte cotidiana y aberrantemente normal, no cumple con los criterios editoriales para ser noticia de ocho columnas o de titular televisivo; por eso seguirá ocurriendo una y otra vez, porque lo que no es noticia, no es digno de investigación profunda o medidas preventivas de importancia.

En México, la muerte es una fiesta, la fiesta de los medios; es la fiesta del miedo y la ignorancia, la fiesta de la muerte importante. Esa es nuestra cultura, nos han dicho. Y nos dicen que debemos lamentar la muerte patriota del poderoso. Y el 30 de abril nos dicen que los niños tienen derechos. Y nos dicen que nos informan, que no nos perdamos el noticiero. Y nosotros, televidentes, los vemos. 

Fuentes AQUI, AQUI y AQUI