Los de Abajo
Lucha de los jóvenes por la educación
Gloria Muñoz Ramírez
El pasado 4 de agosto, mientras el gobierno de Sebastián Piñera reprimió con lujo de violencia a miles de estudiantes que reclaman en Chile cambios profundos al desigual sistema de enseñanza del país, en México cientos de jóvenes excluidos del sistema de educación superior instalaron un plantón permanente frente a la Secretaría de Educación Pública para presionar por la apertura de lugares en las universidades públicas.
Ese mismo día, las dos luchas estudiantiles se unieron en una sola frente a la embajada de Chile en México, donde decenas de estudiantes mexicanos y chilenos se manifestaron contra la represión estudiantil en Santiago y recordaron que “en México no somos ajenos a esta lucha. En la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en 1999 quisieron implementar las cuotas y fue el movimiento estudiantil el que permitió que la universidad siga hasta hoy gratuita”.
Pero no basta con que no se cobren cuotas en la UNAM, si de cualquier forma este año intentaron ingresar 197 mil 524 estudiantes y sólo fueron admitidos 10 mil 284 jóvenes, es decir, más de 90 por ciento fueron rechazados. En total, señala el Movimiento de Aspirantes Excluidos de la Educación Superior (Maes), tan sólo en el área metropolitana de la ciudad de México unos 200 mil jóvenes fueron excluidos de instituciones superiores de calidad, como la UNAM, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN).
El Maes, explican Isabel Sanginés y Atzelbi Hernández, “nace en el contexto de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona del EZLN, cuando algunos de los jóvenes rechazados de las universidades, con altos promedios en sus bachilleratos y altos puntajes en el examen de admisión, deciden rechazar el discurso que los cataloga como reprobados e incapaces para estudiar una carrera universitaria de alto nivel”. Su demanda no es difícil de entender: ejercer su legítimo derecho a seguir estudiando.
En Chile, por su parte, los estudiantes llevan más de dos meses en las calles en demanda de una educación pública gratuita y de calidad. Más de 500 colegios han sido tomados; se han realizado multitudinarias marchas; universidades tradicionales y privadas paralizadas; todo esto como parte de una movilización que no se veía en este país desde hace décadas.
Fue el pasado 12 de mayo cuando la Confederación de Estudiantes Universitarios (Confech) convocó a una marcha, y poco a poco la protesta se fue extendiendo. Los estudiantes, hasta el día de hoy, no claudican, con todo y la constante represión a sus movilizaciones. En México, los excluidos del sistema tampoco se rinden.
losylasdeabajo@yahoo.com.mx -
Lucha de los jóvenes por la educación
Gloria Muñoz Ramírez
El pasado 4 de agosto, mientras el gobierno de Sebastián Piñera reprimió con lujo de violencia a miles de estudiantes que reclaman en Chile cambios profundos al desigual sistema de enseñanza del país, en México cientos de jóvenes excluidos del sistema de educación superior instalaron un plantón permanente frente a la Secretaría de Educación Pública para presionar por la apertura de lugares en las universidades públicas.
Ese mismo día, las dos luchas estudiantiles se unieron en una sola frente a la embajada de Chile en México, donde decenas de estudiantes mexicanos y chilenos se manifestaron contra la represión estudiantil en Santiago y recordaron que “en México no somos ajenos a esta lucha. En la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en 1999 quisieron implementar las cuotas y fue el movimiento estudiantil el que permitió que la universidad siga hasta hoy gratuita”.
Pero no basta con que no se cobren cuotas en la UNAM, si de cualquier forma este año intentaron ingresar 197 mil 524 estudiantes y sólo fueron admitidos 10 mil 284 jóvenes, es decir, más de 90 por ciento fueron rechazados. En total, señala el Movimiento de Aspirantes Excluidos de la Educación Superior (Maes), tan sólo en el área metropolitana de la ciudad de México unos 200 mil jóvenes fueron excluidos de instituciones superiores de calidad, como la UNAM, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN).
El Maes, explican Isabel Sanginés y Atzelbi Hernández, “nace en el contexto de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona del EZLN, cuando algunos de los jóvenes rechazados de las universidades, con altos promedios en sus bachilleratos y altos puntajes en el examen de admisión, deciden rechazar el discurso que los cataloga como reprobados e incapaces para estudiar una carrera universitaria de alto nivel”. Su demanda no es difícil de entender: ejercer su legítimo derecho a seguir estudiando.
En Chile, por su parte, los estudiantes llevan más de dos meses en las calles en demanda de una educación pública gratuita y de calidad. Más de 500 colegios han sido tomados; se han realizado multitudinarias marchas; universidades tradicionales y privadas paralizadas; todo esto como parte de una movilización que no se veía en este país desde hace décadas.
Fue el pasado 12 de mayo cuando la Confederación de Estudiantes Universitarios (Confech) convocó a una marcha, y poco a poco la protesta se fue extendiendo. Los estudiantes, hasta el día de hoy, no claudican, con todo y la constante represión a sus movilizaciones. En México, los excluidos del sistema tampoco se rinden.
losylasdeabajo@yahoo.com.mx -
http://desinformemonos.org
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