En la versión de internet de La Jornada aparecen estas dos notas juntas. El destino del gasto público nos habla mucho del gobierno en turno y el país que generará en el mediano y largo plazo. Las calles llenas de policías y militares, apuntando con sus armas de grueso calibre a una población analfabeta que tiene como única salida de la pobreza al crimen organizado, parece ser el país ideal del autodenominado presidente de la República. No hay que olvidar que el actual secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, fue secretario de Hacienda en el sexenio zedillista, caracterizado por criminales recortes presupuestales a la educación. En otros países, con menos motivos se sale a las calles a exigir renuncias. Parece ser que en México deben pasar muchas cosas más para que algo cambie.
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